sábado, 5 de julio de 2008

Polémicas históricas



En la historia del montañismo, se han instalado algunas polémicas que giran alrededor de la interpretación a la que dieron lugar las conductas y acciones de diferentes protagonistas de renombre en el tema. Polémicos por sus actitudes o en definitiva por las elecciones que hicieron en su momento, camino al logro de sus objetivos. Aunque cada uno de ellos sienta que está justificado, sus decisiones siguen siendo motivo de diferentes interpretaciones. La montaña muchas veces no tiene nada que ver con ello y sólo resulta el ámbito en el que afloran aspectos de la naturaleza humana con todos sus componentes de vanidad y coraje que suelen manifestarse en estos casos. Algunas viejas y famosas discusiones se plantean en torno a si determinada cima fue conquistada (Cerro Torre) y, en algunos casos, los protagonistas no son los cuestionados (Mallory-Irvine) pero, la misma historia, además de opiniones técnicas, ha sumado consideraciones de carácter ético.


Everest-1924

En 1924 y con la jefatura del General Charles G. Bruse, secundado por el comandante E. F. Norton los ingleses intentaron por tercera vez al Everest. Los integrantes eran Somervell, Mallory, Beetham, Hazzard, Odell y Andrew Irvine, un joven de apenas 22 años. El más experimentado era George Leight Mallory considerado el mejor alpinista británico de la época y que había estado en los intentos anteriores.

El 4 de junio, Norton y Somervell realizaron un intento a la cumbre pero desistieron. Mallory sabía que era su oportunidad y eligió al joven Irvine para un nuevo intento. Quizá la experiencia de Irvine con los aparatos de oxígeno fue lo que lo llevó a esa decisión. El 8 de junio Odell iba en una marcha solitaria hacia el campo VI cuando divisó sobre lo que creyó “el segundo escalón” hacia la cumbre, dos diminutas figuras escalando en la roca. Para Odell que se encontraran allí a las 13 horas, era demasiado tarde. Una cortina de nubes envolvió las figuras y cubrió la montaña. Nunca más se sabría de ellos. La expedición sufrió el impacto, regresó a Inglaterra y Mallory fue homenajeado con el profundo convencimiento de sus compañeros de que había alcanzado la cumbre. Finalmente en 1953, Hillary y Tensing vencieron el Everest cuando se abrió el ingreso por Nepal pero la incógnita de si Mallory e Irvine habían llegado a la cima y muerto en el descenso, seguía sin resolverse y, el lado Norte de la montaña, enmudeció durante muchos años. Testimonios y hallazgos aislados mantuvieron y aún mantienen el misterio sin resolver y son muchos los que buscan develarlo.

El 1º de mayo de 1999 (75 años después de su desaparición!) una noticia conmovió al ambiente del alpinismo mundial: una expedición norteamericana dio a conocer el hallazgo del cuerpo de George Mallory a unos 8290 m de altura sobre las laderas de la cara Norte del Everest. A partir del hallazgo del cuerpo de George Mallory y sus objetos personales y la continuación de la búsqueda del cadáver de su compañero Andrew Irvine, el Alpine Club de Londres emitió un comunicado con la intención de establecer la conducta ética que deberían seguir las expediciones que pretendan encontrar el cuerpo de Irvine. En lo referente a la repercusión del posible hallazgo en los medios de comunicación, el club británico, afirma que cualquier publicación de artículos o fotos del cuerpo momificado debería ser consultada previamente con lo familiares antes de salir a la luz. Su lugar, según el Alpine Club, está en un libro que reúna la verdadera historia de Mallory e Irvine, y no en la prensa popular, aunque ésta sea muy tentadora.

Cerro Torre-1959

El Cerro Torre, en la Patagonia argentina, era considerada una de las montañas más difíciles del mundo y por tanto era codiciada por los principales alpinistas de la época. Atrajo por ello al italiano Césare Maestri que, con el austríaco Toni Egger, deciden intentarlo en el verano de 1958/1959.

Maestri vive una verdadera odisea en aquella escalada y salva milagrosamente su vida gracias a Cesarino Fava que días después lo encuentra desfalleciente al pie de la pared. El italiano relató que había logrado la cumbre y en el descenso un alud había sepultado a Egger. A su regreso a Europa, sus declaraciones causaron una verdadera conmoción pero algunos círculos del alpinismo extremo, pusieron en duda el ascenso y la conquista del Torre. Maestri, herido en su orgullo, decide regresar a la Patagonia y esta vez en invierno, para demostrar su valor. Lo hace en 1970 y trayendo un polémico moto-compresor con el que colocará clavos en la pared. Se queda a 400 metros de la cumbre y regresa en el verano para terminar la ruta.

En el mes de diciembre de 1970 lo logra aunque sin escalar el hongo terminal de hielo que el Torre presenta en la cumbre. Es por ello que para muchos, la ascensión de Casimiro Ferrari en 1974, por la pared Oeste, es considerada como la primera ascensión absoluta del Torre al haber superado incluso el hongo de hielo. En cuanto al espolón Sur-Este, la ruta “del compresor” que Maestri abrió en 1970 y de la que reconoció haberse retirado a 40 m de la cumbre, quien la repitió fue el norteamericano Jim Bridwell con su ocasional compañero Steve Brewer, en 1978. Dice Bridwell: “Miré hacia lo alto y vi siete buriles rotos que se dirigían hacia arriba y un poco a la derecha, pero entre el último buril y la nieve de la cumbre, habría 25 metros de liso granito”. Empleando toda su técnica de Yosemite, Bridwell superó el tramo y logró convertirse en el primero en terminar esa vía y alcanzar la cumbre. Tanto por el logro o no de la cima, como por el uso del moto-compresor que aún se encuentra en la pared del Torre, Maestri se vio envuelto en una polémica y discusión de las más controvertidas que se han planteado en el montañismo de todo el mundo. El propio Cesarino Fava en una de sus disertaciones llamó “la involución del alpinismo” al hecho de haber trasladado esa máquina perforadora de granito para la conquista del cerro Torre. Las opiniones se reparten y sin embargo aún hoy, muchos escaladores que han superado la vía Maestri del compresor, siguen haciendo uso de sus clavos de presión. Un copete de Santiago Storni para “Al borde” anunciaba: “En noviembre del 2005, los italianos Ermanno Salvaterra y Alessandro Beltrami con el italo-argentino Rolando Garibotti siguen los pasos de Maestri y Egger de 1959. Concretaron la primera vía abierta en estilo alpino en el cerro Torre a la que bautizaron “El arca de los vientos” y dejaron en evidencia que Maestri no pudo coronar entonces la cumbre”. El testimonio de Garibotti es elocuente: “A pesar de seguido en gran parte el trazado descripto por Maestri , no encontramos ninguna traza de su paso por encima del depósito de material al fin del diedro inicial, a 300 m del glaciar. Esto sumado al hecho de que las descripciones de Maestri no concuerdan con el terreno que encontramos nos convencen sin ningún tipo de duda de que la primera ascensión al Torre fue realizada en 1974 por los Ragni di Lecco”.
Del grupo “Las Arañas” de Lecco, Giorgio Spreafico acaba de sacar un libro que analiza en detalle esta polémica: “Enigma Cerro Torre”, recientemente publcado en Italia; todavía no está en castellano.
También Rolo Garibotti publicó en 2004 otro completísimo análisis que explica la polémica sobre la ascenicón de 1959, que se lo encuentra en la web
americanalpineclub.org, link "alpine journal", link "artículos".


Nanga Parbat-Rupal-1970

En 1970 estaba virgen la terrorífica cara del Rupal Sur del Nanga Parbat en el Himalaya. Se trataba de una pared de 4500 metros de desnivel de alta dificultad. Dos personajes se unirían y enfrentarían después por la conquista de esta pared. El jefe de la expedición, el Dr. Karl Herrligkoffer, “infatigable y obstinado médico muniqués” que era un hombre muy experimentado en la dirección de expediciones y “la figura más relevante de los años ‘70” el ítalo-germano Reinhold Messner en el que de depositaban grandes esperanzas de vencer la montaña. Se acordó que se anunciara el mal tiempo lanzando desde abajo una bengala roja y en ese caso suspender cualquier tentativa. Si la bengala fuera azul, significaría que las previsiones eran buenas y el asalto debía efectuarse. Lo cierto fue que el tiempo se presentaba bueno y los partes meteorológicos indicaban lo contrario. Se lanzó una bengala roja pero Reinhold no deseaba perder la oportunidad. Junto a su hermano Günther, logran la cumbre venciendo la temida pared. Sin embargo, Günther no estaba entero y propuso bajar por la vertiente del Diamir, del otro lado. Soportaron un vivac y Günther se debilitaba cada vez más. Reinhold buscaba el camino y volvía a ayudar a su hermano y en una de esos pasajes, un alud sepultó a Günther para siempre. Lo buscó durante un día y dos noches y siguió bajando casi como un autómata. Desesperado, agotado, sin alimentos, con varios dedos de los pies congelados y dándose ánimos a sí mismo continuamente en una decidida voluntad de vivir, descendió por el Valle del Diamir, hasta que por fin topó con unos campesinos, los cuales le ayudaron a continuar.Al no regresar los Messner al campamento base, los miembros de la expedición pensaron en dos posibilidades: o habían tomado la arista Sudoeste que les hubiera permitido alcanzar la parte superior del valle del Rupal o habían bajado por la cara del Diamir. El jefe de la expedición envió inmediatamente un equipo al valle superior del Rupal pero nadie había oído hablar de que unos extranjeros hubieran descendido de la montaña. Con respecto al Diamír, las autoridades fueron informadas de que tenían que socorrer a dos sahibs, probablemente en un estado precario. Incluso fue solicitado un helicóptero. El doctor Herrligkoffer decidió levantar el campamento, y la expedición se dirigió a Gilgit. donde finalmente encontraron a Reinhold Messner y se enteraron de toda la historia. Cuando regresaron a Europa, un conflicto público enfrentó al alemán Herrligkoffer y al tirolés Messner. Graves acusaciones fueron sostenidas por Reinhold Messner contra el jefe de la expedición, que se publicaron en los periódicos y, posteriormente, en un libro titulado “La Bengala Roja”. Messner acusaba al doctor Herrligkoffer de no prestar asistencia a personas en peligro; y éste, por su parte, hacía responsable a Reinhold de la muerte de su hermano. El pleito se dirimió ante el Alto Tribunal de Baviera, cuyo fallo prohibió al alpinista tirolés proseguir sus acusaciones y ordenó la retirada de la circulación del libro.


Everest sin oxígeno-1978

El personaje Reinhold Messner vuelve a la polémica al hablar de un nuevo desafío: el Everest sin oxígeno y, en sus argumentaciones, rompe con los límites establecidos. Ante lo técnico hay una postura ética de Messner aunque luego priman la intolerancia y las susceptibilidades en el campo de las conductas humanas. En relación a la montaña lo menciona de este modo: "No escalo montañas por conquistar sus cumbres. Entonces, ¿por qué lo hago? Me coloco en situaciones extremas para conocer mis miedos, mis dudas, mis entusiasmos. Tal aventura queda disminuida tan pronto como el hombre, en su ambición, se sirve de la técnica. La montaña más alta se contrae al contacto de las clavijas, los aparatos de oxígeno y los cientos de porteadores que acompañan al alpinista. Quien hace uso de la botella de oxígeno degrada al Everest a la condición de montaña de seis mil metros". "Una montaña se agota rápidamente si el hombre no usa con moderación los medios técnicos de que dispone, es decir, cuando está más interesado en conquistar la cumbre que en conocerse a sí mismo. Aquel que, en alpinismo, no confía en sus propias fuerzas, por lo que utiliza aparatos y drogas, se engaña a sí mismo, engaña a su propio yo. La mascarilla de oxígeno es como un muro entre el hombre y la naturaleza; es un filtro que impide sensaciones de ensueño". "Las montañas son algo tan elemental que el hombre no tiene el deber ni el derecho de someterlas con los medios que la técnica pone a su alcance. Sólo aquel que se aproxime a ellas con humildad y modestia en la elección de los medios auxiliares, puede experimentar la armonía del mundo. De repente empiezo a acariciar esta idea: subir hasta que la montaña se acabe o caer para no levantarme más". Reinhold Messner y Peter Habeler lograron esta hazaña el 8 de mayo de 1978. Cada uno de ellos publicó un relato de la expedición, Messner el que tituló "Everest sin oxígeno" (Editorial RM, Barcelona, 1979) y Peter Habeler "Victoria en solitario" (Grijalbo, Barcelona, 1981). Sin embargo, a pesar de compartir este logro, surgieron entre ambos importantes diferencias que no volvieron a reconciliarse. Se habían puesto de acuerdo en que si alguno de los dos tenía un problema, el otro continuaría escalando o descendiendo si fuese el caso. Sin embargo, Habeler ayudó a Messner cuando al bajar estaba prácticamente ciego por haber perdido sus antiparras. Que Habeler lo dijera en su libro, molestó a Messner. Ya no volvieron a constituir una cordada y Messner es explícito cuando al final de su libro habla de un nuevo proyecto: el ascenso al K2 y dice que "Habeler no formará parte de la expedición".



Everest-1996

Por encargo de la revista de alpinismo "Outside" de los Estados Unidos, Jon Krakauer viajó a Nepal en marzo de 1996 para sumarse a una expedición guiada al Everest y escribir un artículo sobre el fenómeno de las expediciones comerciales al "techo del mundo". Krakauer llegó a la cumbre pero vivió una verdadera tragedia. Después de la publicación de su artículo, escribió un libro que se llama "Mal de altura" (Ediciones B S.A., Barcelona, 1999). Personalmente creo que, lo apasionante de este libro, no es solo el modo en que Krakauer hace el relato de lo sucedido sino además lo "predecible" que parece su desenlace aún para un lector neófito en cuestiones de alpinismo. Del comentario de la contratapa de la primera edición (marzo de 1999) transcribo: "Mientras Krakauer empezaba el largo y peligroso descenso tras coronar la cima, otros veinte escaladores de su grupo seguían empeñados en alcanzarla sin advertir las nubes que empezaban a cubrir el cielo. Seis horas más tarde y tres mil metros más abajo, Krakauer llegó a su tienda helado y sufriendo alucinaciones por la falta de oxígeno. Seis de sus compañeros no habían regresado. Cinco sucumbieron a la tormenta y a un sexto hubo que amputarle la mano". En "Mal de altura" se describen las circunstancias que provocaron aquella tragedia y Krakauer "arremete contra la ambición de los guías, la inexperiencia de los escaladores y la banalización del montañismo". El periodista, cuestiona seriamente la actitud del guía ruso Anatoli Boukreev de subir sin el empleo de oxígeno artificial llevando clientes. Esto explica que se expusiera a un enorme desgaste, no solo por el esfuerzo sino también por el intenso frío y, en consecuencia, de que bajara rápidamente y antes que sus clientes dejándolos sin protección. En noviembre de 1997 salió a la venta un libro titulado "The Climb" [La escalada] que es la versión que Anatoli Boukreev le contó a un norteamericano de nombre G. Weston De Walt sobre el desastre de 1996 en el Everest. Boukreev se había molestado mucho por el modo en que fue retratado en "Mal de altura", motivo por el cual una parte importante de "The Climb" está dedicada a defender su actitud en el Everest, a poner en tela de juicio la versión de Krakauer y a difamarlo por falta de integridad periodística. Queda involucrado el escalador Reinhold Messner al cual acuden uno y otro para contar con su aprobación o no a las posturas enfrentadas. Según Boukreev, Messner asintió a que su actuación había sido la correcta. Según Krakauer, Messner grabó en una entrevista su opinión de que había sido un error subir sin oxígeno embotellado y abandonar a los clientes. Lo cierto es que ocho víctimas recuerdan que los hombres son muy pequeños ante las grandes dimensiones de la montaña y que la masificación del deporte y el dinero puesto en juego en estas expediciones comerciales, son factores desencadenantes de sus peligros reales.
Las víctimas: Doug Hansen, empleado de correos de Renton, Washington, murió en un agujero en la nieve con Rob Hall, guía de un grupo de Nueva Zelandia; estaban fuera del alcance de los socorristas. Scott Fischer, veterano guía de Seattle siguió a su grupo en el descenso, se sentó, agotado, y fue atrapado por la tormenta. Yasuko Namba, experimentada montañista japonesa, murió sin llegar a un refugio; el guía Andy Harris falleció al alejarse de un campamento. Tres policías de la frontera Indo-Tibetana, Tsewang Paljor, Dorjee Morup y T. Samania, desaparecieron después de escalar la empinada cara norte. Los sobrevivientes: Makalu Gao, un fotógrafo taiwanés, ascendió a la cumbre y luego se rezagó en el descenso. Pasó la noche junto a Scott Fischer, con sus manos demasiado heladas para operar su radio portátil. Un equipo de rescate lo trasladó al campamento. Charlotte Fox se abrazó durante horas con su novio, Tim Madsen, y su compañera Sandy Hill Pittman, hasta que un valiente montañista ruso los asisitió en los últimos cien metros hasta un refugio. Seaborn Beck Weathers yació inconsciente tres o cuatro horas en una pendiente, luego se levantó y consiguió volver al campamento. Él y Gao fueron sacados de la montaña en un helicóptero.(Fuente Newsweek 29/05/96)

Texto extraído de la revista Al Borde, escrito por Mauricio Fernández

sábado, 28 de junio de 2008

Historia de los Empotradores (Final)

En Estados Unidos, Royal Robbins, armado con un nuevo set de cuñas empotrables compradas en la tienda de Llanberis de Joe Brown, en 1966, se dedicaba a promulgar una nueva fe de escalar rutas difíciles con el uso exclusivo de estos empotradotes. Con su esposa Liz, realizó dos primeras ascensiones en este nuevo estilo, en 1967: “Boulderfield Gorge” y “Nutcracker”. Nutcracker fue la que realmente puso de moda los empotradores, mostrando lo que se podía lograr con el uso de estos nuevos aparatos, y puso bastante presión moral sobre la comunidad escaladora para hacerle seguir el ejemplo. Además, Royal escribió varios artículos influyentes en revistas como “Summit”, como el famoso “Nuts to You”, en 1967, o “Preserving the Cracks”(No deteriorar las fisuras), compilado por Tom Frost en 1972 en el American Alpine Journal.
El repetido uso de las clavijas duras de acero estaba dañando en exceso, y de un modo irreversible, muchas de las fisuras de Yosemite. Los Nuts venidos del otro lado del Atlántico ofrecían la posibilidad de realizar ascensiones menos traumáticas, y permitían, potencialmente, una nueva ética más limpia para aquellos escenarios. Doug Robinson trató el tema con mayor atención en el catálogo de materiales de Chouinard de 1972, en el magnífico artículo “The Whole Natural Art of Protection”. Yvon Chouinard era, quizá, el mayor fabricante de clavijas americano de la época, y aun así realizó la segunda ascensión limpia de la “Nutcracker”, junto a Royal Robbins.

Chouinard Regular Hexentrics

En 1971 Chouinard lanzó al mercado los primeros “Regular Hexentric”, inventados por él y Tom Frost. Unos hexágonos muy mejorados, que seguían siendo simétricos y que no permitían más de tres tipos de colocaciones. Pero la auténtica revolución llegó en 1974 con los “Polycentric Hexentric”, que en aquel momento daban cuatro opciones diferentes de empotramiento. Un noruego llamado Tomas Carlström había dado la idea al equipo de Chouinard-Frost, poco antes. En su intento de copiar los Hexentrics simétricos de Chouinard, Tomas Carlström había tomado dos hexágonos Clog y los había torneado de nuevo. Pero, en principio, la falta de precisión que demostraron no le acababa de convencer. Entonces…eureka!, Yvon descubrió que trabajaban en una posición mas que los originales Chouinard Hexentrics.

Stoppers
En 1972 Chouinard incrementó su línea de hardware con un nuevo set de Stoppers, que fueron objeto de múltiples modificaciones, y que llegarían a ser, en USA, la referencia para los pyramidal nuts.

Chouinard Tube Chocks
En 1973 y 1975, produjo los Tube Chocks, que servían para las fisuras de offwidth de entre 10 y 15 cm de grosor, y los Crack´n-Ups, que protegían las microfisuras verticales. Con el material que ofrecía Chouinard, los americanos tenían todas las herramientas necesarias para su nueva ética del “Hammerless”.
Chouinard Crack´n´Ups
En USA también surgieron otros fabricantes para el nuevo mercado. Bill Forrest estaba creando, en 1969, lo que luego sería, quizá, el último grito empotrable; y que en aquel momento era considerado como otro nut más: el Copperhead. Un pequeño cilindro de cobre prensado sobre cable simple.
Forrest Copperhead, Foxheads, S-Foxheads, Blue Plastic Foxheads y Arrowheads
Bill Forrest mantuvo el cable simple para otras dos de sus creaciones: el Foxhead, en 1970, un nut piramidal de aleación de aluminio o de plástico; y para el Arrowhead, de 1974, un nut de cobre muy delgado.Los nuts de Forrest también existían en una versión pequeña (de cable corto), mucho mas convenientes para la escalada eminentemente artificial.
Forrest Titons
En 1973, Kris Walter y Bill Forrest desarrollaron el Titon, un nut con forma de T, en acero para las tallas pequeñas, y en aleación de aluminio para los tochos. En respuesta al artículo “The Whole Natural Arto f Protection” de Yvon Chouinard, en 1974, Forrest Mountaineering proclamó todas las ventajas del Titon, en Chock Talk, en su catálogo y guía de la Escalada Natural. Este prolífico creador también sacó una línea de P-Nuts (en 1982), consistente en unas piezas de acero en arco montadas en un cable; asi como el Triton (1985), que era usado como nut, como asegurador, y como rapelador.
Forrest P-Nut, Roll-your-Own y Triton
Su aparato llamado Roll-Your-Own (1984), recordaría a los escaladores estadounidenses que, en alguna parte de Alemania (Elbsandstein), la gente también escalaba limpiamente.
Prototipos CMI y Beamchock
En CMI (Colorado Mountain Industries), los Hexachocks resucitaron el diseño de los “Hexagons”, pero aligerados al máximo. De esta firma son también las modernas y aerodinámicas Hs de aleación de aluminio, producidas como un juego de 12 piezas en 1975, y conocidas como Beamcocks, muy bien acabadas en color azul, y de casi 20 cm de anchura.
Prototipos RP y Wedges
“…cual funambulista, el escalador se mueve febril cinco metros por encima de su última protección, un RP del 3…” El que lea estas líneas, seguro que empieza a ver sudar sus manos. El hombre responsable de estas dos iniciales es Roland Pauligk, que vivía en Mordialloc, un pequeño pueblo del suburbio sur de Melbourne, a donde emigró desde Alemania en 1960, un año antes de la construcción del Muro de Berlín.Desde mediados de los 60s, en el pequeño taller de su garaje, este constructor de calderas de profesión, fabricaba con extremada meticulosidad, lo más innovador para microfisuras. Troll y Chouinard también fabricaban nuts de tallas pequeñas, pero un proceso de soldadura en plata hacía de los RPs una herramienta ultrafina y a la vez muy resistente. Fundamentalmente se dedicaba a soldar sus microcuñas de latón en las propias zonas donde residía durante sus escaladas (Yosemite, Cloggy, Chamonix, Dolomitas).
RPs

Pero el gran cambio sobrevino cuando Rick White, un escalador fuerte de la época, hizo la vía “Gumtree” del Mt Buffalo sin maza, en 1975. El RP más pequeño era el del 1. Después de la escalada Rick dijo a Roland que debía hacer una talla 0, ya que el 1 se quedaba a medias en muchos emplazamientos críticos. No había agujeros de clavijas en la ruta, y ésta solo había tenido dos ascensiones anteriormente, ambas en 1972, la primera, y la primera repetición de Rick, una semana después de abierta.

(Uno de los RPs más pequeños del mundo, de Black Diamond = 2Kn. a5lunnis.com)

Los emplazamietos más delicados se hacían entre cristales. Rick afirmó que los RPs eran parte del equipo de todo australiano, desde principios y mediados de los 70s en adelante, y con diferencia del resto de empotradores. Él enseñó los RPs a Chouinard en 1977, y este último, inspirado en ellos, diseñó sus propios “micronuts” .Roland Pauligk es un representante del modo de vida tranquilo australiano, y nunca ha querido que su negocio creciera demasiado, quizá por ello sus excelentes empotradores solo se fabrican en días de lluvia…

En USA, en 1979, y después de una extensa investigación, Gaylord Campbell comercializó dos series de nuts de gran calidad y coloreados por tamaños: los Wedgefasts y los Saddlewedges. Una hendidura en cada una de las caras más anchas de los Saddlewedges, garantizaba una mejor estabilidad, una vez colocados. En 1986, DMM (Wales) recuperaría esta idea para sus Wallnuts, pero diez años antes, en Inglaterra, Tom Proctor ya había pensado en vaciar parte de las caras de sus grandes Clog Wedges.

Wedgefasts y Saddlewedges

Un asombroso trabajo fue llevado a cabo por Gaylord Campbell para incrementar el radio de apoyo de los cordinos, así como para perfeccionar la acción de su paso. Cada libreto de instrucciones que Campbell proporcionaba con sus nuts, era una maravilla, una especie de curso magistral de astucia en el empotramiento.

CMI, Kirk´s Kamms
De todas las formas y piezas existentes y susceptibles de ser empotradas, solo las “cam” (levas) nunca habían sido seleccionadas para nuts de la época. Pero Greg Lowe (denominado como “extraordinario inventor” por Glen Randall en la revista Rock & Ice en 1986), en 1972, asistido por su hermano Mike, refinó el concepto de las levas introduciendo el ángulo constante, como elemento clave para la estabilidad de los futuros emplazamientos de nuts. En 1973 creo sus primeros prototipos de Tri Cams, pero no llegaron al mercado hasta 1981. Como únicas soluciones para situaciones específicas, los Tri Cams son los mas divertidos de usar y los que más estimulan el ingenio del escalador.

Blue Bells

En 1976, CMI sacó al mercado los Kirk´s Kamms, un pequeño y ancho bloque-leva, amarrado a un cable simple mediante una bola en la punta de acero inoxidable. Este mismo cable con bola también fue comercializado de forma independiente bajo el nombre Blue-Bells y se podía utilizar como pequeño nut.

SMC, Camlocks

Con el Camlock de 1977, la SMC (Seattle Manufacturing Corporation) consiguió un híbrido entre el Hexentric y el Tricam, mejor adaptado para las fisuras asimétricas (no paralelas).

Los actuales Rocks de Wild Country

Ahora volvemos a Inglaterra, donde en un pequeño pueblo del Peak District, Marc Vallance, el creador de Wild Country, mejoró muy considerablemente el más clásico de los nuts piramidales. “Raras son las fisuras que presentan la misma forma que los nuts”…partiendo de esta base, en 1978, Marc pensó en cambiar la forma de las dos amplias caras de sus nuts para conseguir el mayor contacto con la roca posible. Usando algunos Forrest Foxheads como prototipos, probo un gran número de combinaciones para obtener, finalmente, el primer nut curvo, comercalizado a principios de 1979 con el nombre de Rock. No importaba cual fuera el ángulo que formaban las dos caras internas de una fisura, los Rocks siempre tenían tres puntos de contacto interno, en vez de los dos de los piramidales.

Gemstones

Por pura coincidencia, al mismo tiempo, Geoff Birtles, editor de High Mountain Sport magazine, trabajaba con Tom Proctor en un diseño bastante similar. Ellos ofrecieron el nombre de “Rock” a Marc Vallance, que era como se llamaba.Otro fabricante inglés, Faces, de Matlock, fue incluso un paso más allá, unos años después, con sus Gemstones (o Gems). Curvados de arriba abajo, pero también de delate hacia atrás, su compleja forma mantenía los tres puntos de anclaje en fisuras asimétricas.

HB Offsets

Con Hugh Banner (hoy conocida como HB Climbing Equipment) el problema de las fisuras asimétricas se trató de otro modo. “Un nut de cobre que era una auténtica pieza de orfebrería”. Él creo los HB nuts en 1983, más adelante llamados HB Offsets. Las fisuras de la roca, y más las estrechas de escaladas difíciles, suelen estrecharse hacia su interior que en su aparición en superficie. Para solucionar esto, los Offsets tenían un doble rebaje transversal que permitía emplazamiento muy sutiles en fisuras asimétricas y en agujeros de antiguas clavijas.

viernes, 20 de junio de 2008

Historia de los Empotradores (Parte I)



Hace mucho, mucho tiempo, cuando dios creo nuestro planeta, también debió pensar en crear los riscos en las entrañas de las montañas, pero no podemos saber si estaba realmente interesado en la escalada en roca. En cualquier caso, la primera constancia de haber colocado piedras empotradas deliberadamente en las fisuras, para que protegieran a los escaladores, data de 1926. Ese año Morley Wood lo hacía en la conocida vía “Piggot´s Climb”, en Clogwyn du´r Arddu (Gales del Norte). Se puede decir que aquel año comenzó la historia del Empotrador (Nut).

Durante las décadas de los años 20´s y los 30´s, Inglaterra había demostrado una aversión bastante generalizada hacia las clavijas, pero no por preservar el medio, sino por motivos rigurosamente éticos. Su uso era entendido como algo desleal y poco complaciente, hasta llegar al punto de una retirada masiva de pitones de la mayoría de sus riscos. La escalada libre, basada en el equilibrio corporal, era la única comúnmente aceptada, y ella contemplaba la posibilidad de una retirada en destrepe, de cualquier lugar al que antes se hubiera subido con cautela. Un estilo del que Paul Preuss fue pionero a principios de siglo XX en los Alpes, y que Preuss llevó a lo extremo con su ética de “sin clavijas” (las entendía como herramientas para una emergencia). Muchas grandes escaladas fueron abiertas de ese modo, mediante el aprovechamiento de salientes y lajas naturales de la roca para ser anudadas solo con anillos de cordino.

Durante las décadas de los años 40´s y 50´s, muchas (por no decir, la inmensa mayoría) de las rutas de escalada, seguían líneas naturales de la roca. En Inglaterra, los escaladores solían hacer acopio de piedras de diferentes tamaños, recogidas habitualmente en la base de dichas escaladas, y guardadas en los grandes bolsillos de las pantalonadas que llevaban. Por ejemplo, recogían piedras de granito de la región de Gales, y se las llevaban a las zonas de gritstone o de caliza de Derbyshire, para mosqueo de los geólogos, que no podían asimilar la existencia de aquellas rocas alienígenas.En 1954, Joe Brown y Don Whillans utilizaron piedras empotradas en una fisura de gran dificultad, de la Oeste de la Aiguille du Blaitiére. Los escaladores franceses Paragot y Bérardini, autores de la segunda ascensión de la ruta, al no conocer aquella técnica, pensaron que aquellos ingleses eran marcianos, o de otro planeta. En aquella época, se usaban cuerdas y cordinos de grosores entre los 5 y 10 mm, cocidos en agua azucarada para hacerlos más flexibles y corredizos.Pero mediada la década de los 50, la “Edad de Piedra” tenía los días contados, y una nueva etapa acababa de comenzar: “La Edad del Hierro”. La técnica del empotramiento de piedras gozaba de gran generalización, pero el nuevo grito comenzó a ser la introducción de piezas artificiales de metal (habitualmente tuercas). Hughie Banner plantea a Jack Soper como responsable de esta idea. Él podría ser el primero que empotró tuercas de metal en las fisuras, para escalar. John Brailsford comenta, no obstante, que sería muy difícil acreditar el primer ascenso con aquellas “Machined Nuts”,ya que, al igual que en otros ámbitos, esto fue algo totalmente espontáneo, y por lo tanto muy posible en cualquier otra zona de la Inglaterra industrial.

(stephane pennequin©)Algunas tuercas antiguas aligeradas

Los primeros ejemplares aun no tenían suavizadas las aristas, pero no debió tardarse mucho en hacerlo, para eliminar el peligro de corte del cordino que llevaban pasado por el agujero. Las tuercas funcionaban como las piedras, pero tenían la ventaja de poder pasarles el cordino. El gran avance evitaba llevar los bolsillos llenos de pedrolos, que, además, tenían que ser anudados, y habitualmente en situaciones de lo más extremo y variopinto. De ese modo también fueron utilizados tubos de metal, anudados por el orificio, y cuñas y trozos metálicos algo flexibles y expansivos debido a su tamaño.

Dave Gregory recuerda que él y Jack Soper solían recoger grandes tuercas de las vías de la Snowdon Railway Line, una línea de ferrocarril que unía Llaberis con Snowdon, el pico más alto de Gales. Este pequeño tren de vapor, que tiene más de cien años de edad en la actualidad, pasaba bastante cerca de “Colgwyn dúr Arddu” (abreviado como Cloggy), la mítica escuela de escalada inglesa. Ellos tenían la superstición de que si encontraban alguna tuerca en la caminata de aproximación a los riscos, aquello significaría que tendrían suerte en la escalada de dia.

(stephane pennequin©)El Acorn

Desde esos momentos, cualquier objeto susceptible de ser empotrado comenzó a ser estudiado por los escaladores. En 1961, un herrero de Sheffield llamado John Brailsford (que después llegaría a ser profesor de ingeniería tecnológica), creo el primer diseño de empotrador específicamente diseñedo para la escalada, el “Acorn” (Bellota). El primero salió en tres tallas diferentes, entre los 2,5 y 1,5 centímetros de ancho, aproximadamente, y fue construido a partir de unas piezas de aleación de aluminio. Además Brailsford creo unos iguales pero de “tufnol”, una fibra resinosa que llevaban algunas piezas ligeras y resistentes de los Rolls Royce.El “Acorn” llevaba una tuerca alojada en su interior, atada a un cordino, lo cual ofrecía dos grosores empotrables diferentes, en el mismo aparato. Estos fueron, muy probablemente, los primeros empotradores comercializados en Inglaterra, por la Roger Turner Mountain Shop de Nottingham.

Un MOAC y un Acorn (stephane pennequin©)

Pero muchas de las fisuras que se escalaban con técnica de empotramiento de mano, o en bavaresa, demandaban un tipo de empotrador mas ancho. Después de calcular anchuras, John Brailsford prediseño unos tacos piramidales truncados, hechos de prueba en madera de balsa. Coronet Tools, una compañía de Derby especializada en aluminios, construyó seis prototipos en los que John practicó dos perforaciones, con un radio de unión en un extremo.En los años 60´s, los testeos de cuerdas eran casi una exclusiva de Maurice Dodero, quién tenía un grosor estándar de 10 mm para sus trabajos. John dedujo que, en la medida en la que pudiera aumentar el arco o distancia sobre la que pasaba el cordino, en la parte alta del empotrador, aquello reduciría el riesgo de corte del cordino, en ese punto critico de contacto. Así fue como nació una estrella: el “MOAC”.

Los primeros Acorn de la marca Clog (stephane pennequin©)

Joe Brown, Don Roscoe (del club Rock & Ice), John Brailsford y su compañero de cordada, Doug Cook, comenzaron a usarlos, y a gozar de unos niveles de cómoda seguridad en la escalada en roca, totalmente inusitados hasta la fecha. En 1962, una primera partida de MOACs fue fabricada en Manchester, y el guía de alta montaña Peter Gentile, fue el encargado de proporcionarles un acabado a mano. Se montaron con cordino de 9mm, y Alan Kimber, un amigo de John Brailsford, pensó en bautizarlos como: los “Johnny”, término utilizado en el lenguaje popular de entonces para denominar a los condones.Ellis Brigham, poseedor de una famosa cadena de tiendas de deportes al aire libre, de UK, esponsorizó los primeros juegos de aquellos empotras. Dueño también de una importante compañía importadora de material de escalada (la “Mountain Activities”), se sirvió en bautizarlos como los famosos MOAC. Muchos escaladores, ingleses y americanos, guardan sus originales juegos de MOACs, por el fuerte vinculo sentimental que les proporcionan.

Portada de la revista Summit, marzo 1973 (dibujo de Sheridan Anderson)

Charles Curtis fue, probablemente, el primero en construir empotradores de cable. Escaló por primera vez en Cloggy en 1959, y recolectó sus primeros y auténticos “nuts” en las vías de la Snow Down Line. En esa época estudiaba Quimicas en Sheffield. Se graduó en 1961 y se desplazó al Departamento de Geología y allí comenzó a hacer sus “Little Mester” en su taller-tienda. En el Club de Montaña de la Universidad de Sheffield, algunos miembros eran espeleólogos que esploraban las cuevas de Derbyshire, a pocas millas de allí. Estos espeleólogos hacían estribos de cable y le dejaron un ejemplo de aquellas herramientas. Sus primeros intentos de hacer nuts con cable fracasaron. Realizó un molde, y en el virtió aluminio derretido sobre el entramado del cable. Esto ocasionaba la pérdida, tanto del temple y como de la resistencia del metal.En un intento de segunda ascensión a la ruta Vector, un itinerario de roca y hielo de Tremadog, Jack Soper tuvo una caíada sobre uno de estos nuevos empotradores de cable. El aparato estalló y se pudo ver que el cable estaba debilitado por el calor del metal fundido, en la fabricación.

Little Mester (2ª generación)

El siguiente modelo solventó completamente este problema. Ahora se cortarían bloques de aluminio previamente, y serían perforados por arriba (con un único agujero grande) y por abajo, con dos pequeños. El cable se insertaba, se anudaba, y se fijaba con resina epoxy de araldite. Charles hizo varios de diferentes tamaños, y llegó hasta el limité del grosor del nudo del cable. El nombre de “Little Mesters” venía de una variación dialéctica de “Little Masters”, nombre tradicional con el que se denominaba a los artesanos de cuberterías de plata de las industrias locales, del siglo XVIII y XIX.


Spud

En primavera de 1963, John Earnshaw, del Club de Montaña de Phoenix, formulaba en su mente la necesidad y la posibilidad de incrementar la seguridad de algunas escaladas. Después de numerosos esquemas y borradores, se decantó por el diseño del “Spud”, como siempre fue conocido. Su nombre se debía a que en el momento del diseño no tenía acceso a ningún tipo de maquinaria, y uno de sus mentores de escalada, Terrence Murphy, que era aprendiz de ingeniría, se prestó para llevar a cabo su prototipo. En Irlanda, a las patatas las llamaban “Murphys”, en jerga, y en Inglaterra “Spuds”, asi que devido a la inestimable ayuda de su amigo, John decidió llamarlos asi en su honor.No tenía modo de testarlo cientificamente, pero, con algo de ayuda, pudo hacer una prueba, empotrandolo en una fisura cerca de la cumbre de una escalada de Ravensdale. Llenaron un saco de piedras y lo lanzaron desde la cumbre atado al aparato. Después de varias pruebas, decidieron que el “Spud” estaba listo para ser usado con seguridad.

Peck Cracker

En 1964, Trevor Peck, un opulente hombre de negocios que poseía una fábrica de medias en Leicester, también se vio involucrado en las primeras fabricaciones de empotradores. Su empeño se basó en producir un objeto menos costoso de fabricar que el MOAC.Peter Biven y su hermano Barrie habían introducido a Trevor Peck en el mundo de la escalada, allá por 1951. Los tres llegaron a formar un equipo-cordada bastante capaz, durante muchos años. Sus “Crackers” eran hechos de una barra de duraluminio, cortada a la medida necesaria. Para las tallas pequeñas, usaba cables de acero más duros que los cordinos de poco diámetro.

Peck Crackers y Ny-Chock (que uso Doug Scott en los 70)

Peck Crackers, Chocks y Ny-Chock

Los primeros que hizó, en los que el final del cable estaba cerrado y soldado en plata, con una camisa prensada de cobre, estuvieron circulando ya en 1962. Pero no fue hasta 1967 cuando los cables comenzaron a ser cerrados con el sistema Talurit. Incluso salió una versión en nylon de este empotrador, el “Ny-Chock”.Trevor fue el primer autor de una patente de un fisurero, en 1965. Algo que más adelante sería desechado, al reconocerse al MOAC como anterior en fabricación. Los “Crackers” de Peck no tuvieron demasiado éxito en Inglaterra, pero el escalador americano Royal Robbins regresó a Yosemite de un viaje a Inglaterra en 1966, y se llevó consigo, no solo algunos ejemplares, sino su experiencia real con estos aparatos de protección pasiva. En su gran libro “Advanced Rockcraft”, una magnífica foto de John Cleare mostraba a Peter Biven usando un “Cracker” en la Coal Face del Bosigran.Por desgracia Trevor Peck desapareció prematuramente en 1969, y no pudo desarrollar la empresa que tenía en mente, la Peck Climbing Equipment.

Troll Wedges

En 1964 (o incluso en 1963), en una casa de campo del Peak District, hogar de Tony Howard, nacía un pequeño taller sin saber que llegaría a logar gran reputación internacional. Con su amigo Alan Waterhouse, Tony Howard comenzó a comercializar los famosos “Wedges”, bajo el nombre o firma de “Troll”.

Parba Spud y el Parba Big H

No muy lejos de allí, Paul Seddon, poseedor de una pequeña firma-negocio llamada “Parba”, fue consultado en 1965 por Ellis Birgham para construir nuevos empotradores que vender en su tienda de Manchester. Paul Seddon hizo sus prototipos de unas barras de 25 x 20 mm de aleación de aluminio, material que, curiosamente, también usaría para unas futuras clavijas que construiría…Angulados a 14 grados, y perforados transversalmente con un simple agujero de 8mm, estos empotradores fueron también bautizados (fortuitamente) como “Spuds”.

Troll Big H

Troll Tee Chock

En 1968 Paul podujo, con gran probabilidad, los primeros empotradores para fisuras muy anchas, los “Big-H”, a partir de grandes piezas de sección en H. En 1967, en “Troll”, con unas barras parecidas pero en forma de T, crearon los “Tee Chock”.En 1970, Paul Seddon formó equipo con Tony Howard y Alan Waterhouse, y crearon la tercera generación de “Troll”.

Clog Wedges

En el año 1966, en un cine abandonado de Deiniolen (Gales), Denny Moorhouse y Shirley Smith, dos originales personalidades, crearon la más mítica de las fábricas de material duro de montaña: Clogwyn Climbing Gear, más conocida con la abreviatura de Clog. En su primera época, un día en el que producían 24 unidades de empotrador, era un día bastante productivo.

Los Clog Hexagons

A finales de ese año, Denny Moorhouse hizo sus primeros “Hexagons”, inspiradores de muchos modelos posteriores. La talla 7 fue llamada “Jumbo”, y la 8 “Mammoth”. En pocos años, Clog pasó a convertirse en el término más genérico e importante en cuanto a empotradores, en todo el mundo. Iniciada la década de los 70´s, Troll y Clog comercializaban toda una extensa gama de empotradores que se adaptaban a todo tipo de anchas fisuras.

El Scottie

Al escribir esta historia, uno no puede olvidarse del “Scottie”. George “Scottie” Dwyer fue el primer guía de alta montaña gales; además fue el creador de un apasionante aparato….¡en 1946!. George nunca llegó a usarlo, debido a no ser considerado como algo ético en aquella época, pero, desde el punto de vista histórico, este complejo aparato, que podría ser el “abuelo” del American age Slider, se anticipo 15 años en su innovadora concepción.

Traducción del documento "2001, a nut odissey de Stéphane Pennequin. Extraído del Blog de Kiko

martes, 17 de junio de 2008

Volver al Sur...

En este mismo momento, siendo las 5.10 de la mañana, debería estar despegando mi vuelo con destino a Ushuaia, Fin del Mundo, principio de Todo dice el slogan...

Empezaremos la temporada con todo, vamos a ver q nos deparará el destino, y como voy a seguir con este blog para no dejarlo colgado...

sábado, 14 de junio de 2008

100 Usuarios nuevos!

Siii!! Este Blog ha sido visitado por 100 usuarios nuevos desde que lo he iniciado... espero que se sumen muchos más y que disfruten de lo que publico...

Tengo la Biblia!!!



No, no me he convertido todavía. Me refiero a que desde ayer soy el felíz poseedor de Alpinismo Extremo, de Mark Twight, EL libro de montaña.
No se trata de uno de esos manuales a los que estamos acostumbrados a leer sobre técnicas de montaña, sino que es una lección magistral sobre alpinismo por alguien famoso por llevar más allá de los límites de lo razonable su pasión por la escalada, haciendo hincapié a la fidelidad a un estricto código ético. Trata temas como entrenamiento psicológico, técnicas avanzadas, entrenamiento de fuerza, acondicionamiento cardiovascular y nutrición , vestimenta, material, seguridad y logística, etc.... motivacion, tecnicas, truquillos, relacion con uno mismo y con el compañero de cordada...


Es uno de esos libros para tener en la biblioteca y releerlos seguido. Te hace abrir la cabeza y mirar las cosas de otro modo como para que puedas dar un paso más hacia lo imposible...

miércoles, 11 de junio de 2008

Big Wall - Escalada Artificial

Aqui tenemos las diferentes graduaciones de este "arte" que es el mundo del artifo...


Artificial seguro (A0 - A1)

A0 = Es utilizar el equipamiento fijo de la pared tanto para reposar como para progresar. En la graduación de A0 entra desde cualquier tipo de burilada (también conocido como Ae, por ejemplo el Clavel Rojo), como una fisura con todos los clavos puestos. (El techo de la Zaratrusta en Ordesa).

A1 = Significa tener que emplazar los seguros. Fisureros, friends, clavos... etc. Estos quedan bastante fiables y pararían una posible caída. Es muy común en una vía de A1 que se den pasos de A0 (clavos fijos, buriles...) por lo que podría darse una escalada de A1 con 5 pasos de A0. (por ejemplo la vía Fco. Prieto en La Vela de la Pedriza)No existe A0+ ni A1+, pues la escala pasa directamente al A2.


Artificial dudoso (A2a - A2c)

En los largos de A2 comenzaremos a colocar seguros dudosos. Es necesario el uso de un probador (como una daisyChain) y algo de ingenio. La técnica de escalada cambia sustancialmente de la utilizada en largos de A0 o A1.


Artificial delicado (A3a - A3c)

Escalar largos de A3, implica un claro dominio y asimilación de la técnica de la escalada en artificial de seguros dudosos. Son largos donde una caída puede significar graves consecuencias. Es necesario echar varias horas por largo y mucha sangre fría.


Artificial peligroso (A4a - A4c)

En el A4 comienza el Artificial extremo. Se da por supuesto una técnica muy depurada de la escalada con seguros dudosos y la perfecta utilización de estos. Muchas horas de incertidumbre para poder terminar un largo.


Artificial límite (A5a - A5c)

No existe ningún seguro fiable en todo el largo, por lo que una posible caída haría una cremallera hasta la reunión. Sólo se mide la duración de la angustia. (Largos de 30m a más de 60m)

Artificial fuera de límite (A6a – A6c)
Graduación reservada para largos con reuniones precarias que no aguantarían una caída (reunión a base de RURPS, plomos, ganchos, etc…) Sólo es posible dicha graduación cuando el largo inferior y superior es de A4 en adelante. Una posible caída acabaría con toda la cordada completa.

Notas sobre la graduación

+ o -: Existe la posibilidad de completar la graduación con un símbolo + o un símbolo -. El símbolo “más” se empleará cuando el largo tenga una sección especialmente extraña o técnica. (Por ejemplo algo similar a un problema de bloque pero en escalada artificial) El símbolo “menos” se utilizará cuando el largo (dentro de su graduación) sea especialmente fácil y no requiera esfuerzos especiales para escalarlo.

R de RIP: Una abreviación curiosa para indicar que la caída resultaría fatal para nuestra integridad física. Se suele apostillar del A3 en adelante, aunque hay largos de A2 con fatídica coletilla. Se suele ver con cierta frecuencia en vías de artificial de uno o dos largos, donde el suelo está garantizado en caso de caída.
Nota: Que en un largo no se especifique la R, no significa que en caso de caída no te puedas matar.

A de artificial: Los largos graduados con la letra A (A3, A4…), requieren el uso de la maza para emplazar clavos, pitonisas, plomos, etc…

C de Clean (limpio): Los largos graduados con la letra C (C3, C4…) son largos donde cabe la posibilidad de escalar sin maza superando todos los pasos con material limpio y sin deteriorar la roca: fisureros, friends, ganchos, etc… Existe la posibilidad de escalar sin maza un largo que generalmente se escala con maza, por lo que un mismo largo podría tener dos graduaciones diferentes. (A2a, C3b)

F de Fijo: Esta abreviación es utilizada en el artificial limpio y se pone después de la letra C. ( C2a(F) ) Significa la graduación del largo aprovechando el material fijo que nos vamos encontrando. (Plomos, clavos, fisureros)

lunes, 9 de junio de 2008

Los fantasmas del Everest


En los colegios de Oxford y Cambridge a lo largo de los años veinte, nació una extraordinaria generación de pioneros alpinistas y exploradores en una Inglaterra colonial , necesitada de héroes para cartografiar los dominios de la Reina Victoria.



Howard Somervell, Arthur Wakefield, y George Mallory desnudos para vadear un río en 1922.


Estos universitarios llegaron a superar alturas superiores a los 8.000 metros vistiendo chaquetas de franela y botas de cuero y usando oxígeno suplementario sólo para los ataques a cumbre o para usos médicos.


George Mallory y Edward Norton cerca del la cima (8225 m) en la cara norte del Everest en 1922.



En 1924 una expedición de estos excentricos británicos llegó al Himalaya. La expedición era para conquistar el Everest. Aparte de llevar el equipo necesario, llevaban en su equipaje 6 docenas de botellas de champagne francés, huevos de codorniz, brandy y un sirviente personal para cada sahib. Por supuesto la hora del té siempre fue respetada y la escasez de oxígeno no fue razón suficiente para dejar de fumar en pipa en los campamentos intermedios.

Un descanso para el tomar el té.(Tea Time)


La prensa británica acuñó el término “Everesters” para definir a éstos aventureros victorianos que con caballerosidad y espíritu deportivo marcaron un hito en la historia de la exploración del Himalaya.



Un buen ejemplo de esta caballerosidad mezclada con un tremendo espíritu espartano, es la nota que Nelly Odell deja en una de las tiendas de un campamento de altura para Mallory en la expedición del Everest de 1924: “Deberás disculpar querido George mi deficiente caligrafía, debida a las congelaciones que sufro en ambas manos”.


Su comandante era una vez más Charles Bruce, que no tardó en enfermar, por lo que la responsabilidad de tomar decisiones recayó en los escaladores de la expedición: Somervell, Norton y George Mallory. Uno de los nuevos miembros de la expedición era Andrew Irvine, de 22 años. Irvine conocía a la perfección el funcionamiento de los aparatos de oxígeno y, si bien adolecía de inexperiencia en alta montaña, había demostrado un comportamiento ejemplar en dos expediciones al Polo.


Edward Norton cerca de la cumbre del Everest,el 4 Junio de 1924

El día 7 de junio Mallory e Irvine, acompañados por algunos porteadores, partieron hacia la cumbre por la arista noreste.Última foto de Mallory e Irvine partiendo del campo IV en el Collado Norte.Tras la primera jornada de marcha, el grupo alcanzó los 8160 metros, donde instalaron el último campamento, el C6. Después, los porteadores descendieron. Al día siguiente Mallory e Irvine partieron hacia la cumbre.Desde su campamento en el collado norte, Noel Odell seguía la progresión de los dos hombres con un telescopio y una cámara.

Después de aquello nunca se supo más de Mallory e Irvine.

Última foto de Mallory e Irvine partiendo del campo IV en el Collado Norte.

En los días siguientes Odell los buscó desesperadamente. Subió en dos ocasiones hasta el C6, pero no estaban allí. Él estaba seguro de haberlos visto superar el segundo escalón (aunque con varias horas de retraso), por lo que siempre defendió la tesis de que antes de morir, habían alcanzado la cumbre.

El 1 de abril de 1999 una expedición dirigida por Eric Simonson se desplazó a la vertiente norte del Everest para tratar de encontrar los cuerpos de Mallory e Irvine, aprovechando el bajo índice de nevadas de ese año.

El reloj de Mallory encontrado junto a su cuerpo.

Su objetivo era dar una respuesta a la pregunta que desde hacía 75 años intrigaba a la comunidad alpinística mundial: ¿Llegaron Mallory e Irvine a la cima del Everest en 1924? Un mes después, el 1 de mayo, la expedición encontró por fin el cuerpo de Mallory. Estaba en buen estado de conservación, boca abajo, a unos 521 metros de la cumbre.

Cuerpo de George Mallory .

Tenía la tibia y el fémur de la pierna izquierda rotos. Como el hallazgo no resolvía la incógnita, los miembros de la expedición buscaron con ahínco la cámara de fotos que portaba Mallory.


Técnicos de Kodak habían asegurado que debido al tipo de película que se usaba en aquellos años, y a la conservación a bajas temperaturas, aún sería posible revelar las fotos que se hubieran hecho en la cumbre. Sin embargo dicha búsqueda fue infructuosa.

El mismo grupo que encontró el cuerpo de Mallory volvió a la montaña en 2001. Ese año encontraron el campo C6 establecido por los pioneros el día anterior a su muerte, pero no pudieron dar con el cuerpo de Irvine ni con la cámara de fotos. En 2004 y 2005 nuevas expediciones trataron de dar una respuesta al misterio de Mallory, pero no pudieron aportar nada nuevo.Tras el rescate del cuerpo han surgido nuevas especulaciones que tratan de demostrar que Mallory e Irvine pudieron llegar a la cima. Las más importantes son dos:

La hija de Mallory aseguró que su padre llevaba una foto de su mujer para dejarla en la cumbre de la montaña. Como dicha foto no fuera encontrada con el cuerpo, hay quien piensa que tal vez la abandonase efectivamente al hacer cima, para morir después en el descenso.
Mallory no llevaba puestas sus gafas de sol. Como Norton había padecido ceguera de las nieves en su anterior intento, tanto Mallory como Irvine ascendían con gafas de sol. Si no las llevaba puestas al morir, es posible que se debiera a que ya era de noche. Es poco probable que Mallory no hubiera abandonado si hubiese estado aún a 500 metros de la cima al anochecer. La muerte pudo producirse pues al descender.
Por su parte, los más escépticos alegan que es imposible que Mallory e Irvine superaran el segundo escalón, (8600 m)que es el paso de dificultad técnica más alto del mundo
Segundo escalon a 8600 m.


De hecho, este obstáculo no fue superado hasta 1960 y fue escalado en libre por primera vez por Conrad Anker, uno de los miembros de la expedición de rescate del cuerpo de Mallory, en 1999. Anker, que ascendió por una línea fisurada, como probablemente habría hecho Mallory, calificó la vía con un nivel de dificultad 6b. Demasiado difícil para ser realizada a esa altura, con un equipo de oxígeno de 15 kilos a la espalda.

Estos "heroes" como Winthrop Jones fueron poetas, Younghusband escribió largos ensayos sobre las culturas y religiones centroasiáticas, Shipton y Tillman redactaron los mejores textos de exploración de Los valles del Himalaya y Odell realizó notables estudios geológicos de la zona del Everest. Todos redactaban un diario que se enviaba periódicamente al periódico londinense “The Times” que fue el responsable en gran medida de la creación del mito de Mallory e Irvine, convertidos después de su desaparición cerca de la cima del Everest en 1924, en auténticos dioses por la prensa y opinión pública británica.
Su vida no fue sin embargo la de esos aventureros coloniales de las novelas de Kipling. Los largos periodos fuera de casa provocarían serios problemas económicos que algunos arrastrarían todas sus vidas, como es el caso de Shipton, que a su vuelta de una de las expediciones de reconocimiento del Everest tuvo que vender en plena calle varias de las fotos del álbum de la expedición para poder pagarse el taxi que le llevaría a Buckinham Palace para entregárselo como regalo a Eduardo VI.
+Info
Mallory e Irvine: El Capítulo final, Los pioneros y Los fantasmas del Everest.